La incertidumbre gana en estos tiempos de encierro ¿Cómo seguirá todo después de este desbarajuste mundial por la enfermedad covid-19? La pandemia llegó para poner en jaque, a los gobiernos y a los ciudadanos. Por ello, la política y los representantes del pueblo no están ajenos, muy por el contrario, están en el centro del huracán y de las miradas. Una vez que la emergencia sanitaria se apacigüe, tendrán que afrontar diversos problemas y situaciones sumamente complejas. Con base en lo que se pudo entrever durante este mes de aislamiento obligatorio, se puede trazar cómo seguirán algunos asuntos pendientes.
Sin dudas, lo más complejo que deberá resolver el Gobierno provincial será la economía. La clave será conseguir los fondos para pagar los sueldos de los más de 110.000 empleados estatales; para concretar algunas obras públicas y para sostener el funcionamiento del Estado. Con los fondos de la Coparticipación Federal y la recaudación impositiva general en baja y los recursos otorgados por la Nación limitados, el corset de las finanzas locales se ajustará cada vez más. A esto hay que sumarle que las negociaciones paritarias están pendientes y con algunos conflictos gremiales en pausa que eventualmente podrían reactivarse.
Las provincias dependerán más de lo habitual de la asistencia federal en materia social ¿Por cuánto tiempo podrán sostenerse las medidas vigentes? Tanto el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que es más coyuntural, como la Tarjeta Alimentar, que forma parte de un programa más permanente, por mencionar las más masivas, están teniendo éxito y pusieron dinero directo en el bolsillo de los más pobres y alimentos en sus mesas. Es por ello que es altamente probable que se piense en extenderlas.
Desde el comienzo de la gestión del presidente Alberto Fernández (2019-2023), el gobernador Juan Manzur venía advirtiendo que este sería un año muy duro. Ahora, con las nuevas circunstancias globales, será durísimo. Todos los sectores sociales están sintiendo el golpe. Desde los vulnerables que dependen de la asistencia para poder cubrir necesidades básicas como comer, pasando por los comerciantes y profesionales independientes que están en situación crítica hasta determinadas industrias que requieren ayuda para pagar los salarios.
No hay que perder de vista en qué situación ya estaba la provincia cuando se desencadenó la pandemia: el 37% de tucumanos del Gran San Miguel ya estaban bajo la línea de la pobreza y casi la mitad de los trabajadores de ese aglomerado, en la informalidad.
Las previsiones de los organismos internacionales para América Latina son catastróficas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a los gobiernos a que es necesario no dejar de invertir en salud y en prevención, y que para ello los programas sociales deben estar bien enfocados y ser sustentables en el tiempo. Advierte que la salud dependen también de otros factores en los que hacemos agua, como la calidad del empleo y de la vivienda.
También tendrá sus complicaciones la política. Si bien no es una prioridad en estos momentos, hemos visto un adelanto de lo que vendrá. Propios y ajenos especulan que lo queda de la gestión provincial estará signada por la interna entre el gobernador y su vice, Osvaldo Jaldo. Los antecedentes marcan que lo que sigue es la larga definición respecto de qué dirigentes se inclinarán por seguir a uno u otro y las muestras y mediciones de fortaleza de ambos líderes del oficialismo.
Manzur es una figura clave, teniendo en cuenta que al estar a la cabeza del Ejecutivo será evaluado respecto de su desempeño en el manejo de esta crisis. El médico, por su profesión y experiencia, corre con ventaja. Cómo se plantará frente a la Rosada en la post pandemia es también una incógnita: el mandatario jugó políticamente fuerte a favor de Fernández desde el primer minuto de su candidatura y por el momento no recibió un trato demasiado privilegiado en materia de recursos. A esto lo señalan incluso desde dentro de la Casa de Gobierno.
¿Seguirán las buenas relaciones con la oposición? ¿O la concordia fue sólo para las fotos? Otras dudas. Aunque sean gestos valiosos para la ciudadanía, los protagonistas admiten fuera de micrófono que nada hace prever que esto vaya a durar y mucho menos a medida de que se acerquen los años electorales.
La economía y la política marcarán el después de la crisis. La resolución de estas cuestiones serán clave para el futuro de la dirigencia tucumana.